Meriam Ibrahim, la mujer cristiana de Sudán que fue mantenida en cautiverio y condenada a pena de muerte por defender su fe cristiana y negarse a aceptar el islam, logró finalmente por medio de canales diplomáticos salir del país donde su vida corría riesgo, y viajó a El Vaticano para reunirse con el Papa Francisco y recibir su bendición.
Ibrahim viajó hacia Roma, Italia, después de pasar por un mes en la embajada estadounidense de Khartoum, de acuerdo con lo informado por el medio británico BBC.
La sentencia que Ibrahim enfrentaba provocó una condena internacional por parte de activistas de derechos humanos.
A pesar de los cargos en su contra, que incluyeron el haber renunciado a la religión musulmana, Ibrahim siempre sostuvo firmemente que es cristiana y que fue criada en esa religión, no en el islam.
Tras su llegada al aeropuerto de Roma, el primer ministro Matteo Renzi dijo que “hoy es un día de celebración.”
El gobierno italiano fue uno de los que colaboraron para la liberación final de Ibrahim, quien junto a su familia se reunió con el Papa Francisco en su residencia de Santa Marta, en la Ciudad de El Vaticano, poco después de llegar a Italia.
Francisco Lombardi, vocero del Vaticano dijo que “el Papa le agradeció por ser testigo de su fe,” agregando que la reunión, que duró aproximadamente media hora, tuvo como propósito el mostrar “cercanía y solidaridad para aquellos que sufren por su fe.”
El abogado de Ibrahim, Mohamed Mostafa Nour, dijo que Ibrahim pudo viajar tras recibir a última hora su pasaporte sudanés.
“Ella no está feliz de dejar Sudán. Ella ama a Sudán mucho. Es el país en el que nació y creció. Pero su vida está en peligro así que siente que debe irse. Apenas hace dos días un grupo llamado Hamza dió una declaración en la que dijo que la mataría a ella y a todos los que la ayudaran,” agregó Mostafa.
El esposo de Ibrahim, Daniel Wani, quien también es cristiano, tiene doble ciudadanía de Sudán del Sur y Estados Unidos.
Ibrahim viajó hacia Roma, Italia, después de pasar por un mes en la embajada estadounidense de Khartoum, de acuerdo con lo informado por el medio británico BBC.
La sentencia que Ibrahim enfrentaba provocó una condena internacional por parte de activistas de derechos humanos.
A pesar de los cargos en su contra, que incluyeron el haber renunciado a la religión musulmana, Ibrahim siempre sostuvo firmemente que es cristiana y que fue criada en esa religión, no en el islam.
Tras su llegada al aeropuerto de Roma, el primer ministro Matteo Renzi dijo que “hoy es un día de celebración.”
El gobierno italiano fue uno de los que colaboraron para la liberación final de Ibrahim, quien junto a su familia se reunió con el Papa Francisco en su residencia de Santa Marta, en la Ciudad de El Vaticano, poco después de llegar a Italia.
Francisco Lombardi, vocero del Vaticano dijo que “el Papa le agradeció por ser testigo de su fe,” agregando que la reunión, que duró aproximadamente media hora, tuvo como propósito el mostrar “cercanía y solidaridad para aquellos que sufren por su fe.”
El abogado de Ibrahim, Mohamed Mostafa Nour, dijo que Ibrahim pudo viajar tras recibir a última hora su pasaporte sudanés.
“Ella no está feliz de dejar Sudán. Ella ama a Sudán mucho. Es el país en el que nació y creció. Pero su vida está en peligro así que siente que debe irse. Apenas hace dos días un grupo llamado Hamza dió una declaración en la que dijo que la mataría a ella y a todos los que la ayudaran,” agregó Mostafa.
El esposo de Ibrahim, Daniel Wani, quien también es cristiano, tiene doble ciudadanía de Sudán del Sur y Estados Unidos.
Traducido y adaptado por LatidoCristiano.com de Christian Post
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